miércoles, 19 de octubre de 2011

Marcharon las almas justas...

Muchas veces pienso si puedo vivir sin pensar
sin darme cuenta de que nunca lo hice de veras,
el vivir, no el pensar.
Pues no existe la creación a través del que razona
sino aquel que crea a partir del canto de los cielos estrellados.

Dícese que existe un sentimiento atroz y verdadero
que hace hombres a los perdidos.

El sopor indecente de palabras forjadas con plomo,
una voz irreverente que cambia de color como el agua y la luz
que nos hace invisibles y nos hace olvidar
ya no hay dolor
ya no hay sentir
ya no hay querer
ya no hay amar
ya no existe sentimiento porque un día se esfumó
pero olvidarlo todo como el humo en la tormenta?
dejar que la marea indecente nos haga dejar de sentir,
lo que un día se encontró?
Pues no sería justo encontrar, perder y olvidar,
pues aunque uno sea juez de su destino no puede ser verdugo en el andar.
Muchos ya se fueron, parte de mi también
fríos tiempos se acercan.
Colores grises entre costuras
abriendo los portones del camino
ahogo que agobia y agobio que ahoga
cuero oscuro que impregna el recuerdo,
tinta que vomita una pluma de cuervo tenebroso
graznido que aúlla por una garganta rota,
silencios que rompen momentos de caos
ganchos que cuelgan sin estar colgados
y ciertos sentidos con los ojos ciegos
golpes sordos a la húmeda madera
se encuentra la luz entre la oscuridad
roedores luchando entre las sombras
chillidos de luz que estallan al fondo
y este vil sentimiento que ahora me consume
ha hecho de mi la sombra de un gigante
pues ahora soy igual de grande
y nadie puede dañarme.
Ahora encuentro mi cabeza
siento pensar lo que pienso
pienso sentir lo que siento,
olvidar quien fui algún día
y volverme a imaginar
locura indecente que existe y se escapada entre mis dedos
sentido ausente del tiempo que se va
y ya no vuelve
pues todo lo que añoramos hace mella en nuestro ser
vacio sentido en el corazón
y un amanecer polaco
grabado a fuego en un camino
cargado de sinrazón.

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